El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, celebró este martes la suspensión en su país de los ensayos clínicos de la vacuna china CoronaVac, contra el Covid-19, después de que un voluntario sufriera "un incidente grave". Dicho paciente murió en circunstancias que, según los responsables de los test, nada tienen que ver con la inmunización.
La vacuna afectada es la que fabrica la empresa china Sinovac en colaboración con el Gobierno de São Paulo, liderado por el gobernador João Doria, el gran adversario político de Bolsonaro. Brasil es desde hace meses uno de los laboratorios donde se prueban las distintas vacunas gracias a miles de voluntarios y a que es uno de los países más afectados del mundo.
Supera los 160.000 muertos y los 5,5 millones de contagios. Todo eso con un presidente que no hace ascos a obtener réditos políticos de la enfermedad aunque sea fomentando el caos en la gestión o sembrando dudas sobre una vacuna distinta a la que su Gobierno ha comprado, consigna El País. "Muerte, invalidez, anomalía.
Es la vacuna que Doria quiere obligar a todos a tomar. El presidente dice que la vacuna no puede ser obligatoria. Otra que gana Jair Bolsonaro", declaró el mandatario en Facebook junto con un enlace sobre la suspensión, en respuesta a un internauta que preguntaba si el gobierno compraría y produciría la vacuna en caso de que los ensayos -actualmente en fase 3- muestren que es eficaz y segura.
Unas palabras que minan la tradicional confianza de los brasileños en la inmunización, pero coloca el tema en el centro del debate político en un país que este domingo celebra la primera vuelta de las municipales. Bolsonaro está tan harto de que la crisis sanitaria acapare la cobertura informativa que este martes por la tarde en un acto oficial en el Palacio del Planalto ha espetado "tenemos que dejar de ser un país de maricas".
El presidente ultraderechista, que ha minimizado la gravedad de la pandemia y ha criticado las medidas de cuarentena impuestas en varios estados, se ha referido al modelo de Sinovac como la vacuna de "ese otro país", en referencia a China. El mes pasado, canceló un acuerdo de compra de 46 millones de dosis que había anunciado su propio ministro de Salud. Foto: Shutterstock.