Tonga
Muchas familias esperaban desesperadamente noticias el lunes de sus seres queridos en las islas Tonga, aisladas del mundo desde que la potente erupción volcánica submarinaen la región del Pacífico Sur.
El archipiélago se ve privado de conexiones telefónicas e internet, ya que el cataclismo ha cortado un cable esencial para sus comunicaciones que no podrá ser reparado hasta dentro de semanas.
Y la nube de ceniza volcánica que cubre la isla impide que los aviones aterricen. Entre las mayores preocupaciones está el acceso al agua potable.
La información sobre el país de apenas 100.000 habitantes está llegando a través de atípicas llamadas por satélite, y el verdadero alcance de los daños sigue siendo en gran parte desconocido.
Nueva Zelanda y Australia enviaron este lunes aviones militares de reconocimiento para tratar de evaluar desde el aire el alcance de los daños y determinar cuáles son las necesidades de ayuda más urgentes, según la primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern. “Sabemos que el agua potable es una necesidad inmediata”, aseguró la mandataria a los periodistas.
El ministro australiano para el Pacífico, Zed Seselja, señaló que los informes iniciales sugieren que no se produjo un gran número de víctimas por causa de la erupción y el tsunami, aunque se conoce de la desaparición de al menos una mujer británica. Los daños en las viviendas y los centros turísticos cerca de la costa son significativos, señaló de acuerdo a las informaciones de la policía australiana. El aeropuerto de Tonga parecía estar en condiciones relativamente buenas.
Los dos países también han movilizado aviones de transporte militar C-130, listos para despegar hacia Tonga una vez que se haya disipado la nube de cenizas para lanzar allí ayuda en paracaídas, o incluso aterrizar allí si el estado de las pistas lo permite.
Las autoridades de Tonga, en donde ya se restableció el servicio de electricidad, también han enviado buques de la Armada a las zonas más remotas de este archipiélago de 169 islas para evaluar los daños dejados por la erupción del volcán y el tsunami. Los vuelos de vigilancia evalúan la situación en las islas exteriores, donde las comunicaciones están completamente cortadas.
«En las próximas horas y días tendremos un panorama más claro de la situación en Tonga, así como del resto de territorio del Pacífico Azul», dijo este lunes en un comunicado el presidente del Foro del Pacífico, Henry Puna.