"Shoshin", es un término budista que puede ser traducido como "mente de principiante", y se refiere precisamente a esta paradoja: cuanto más sabes sobre un tema, más probabilidades hay de que seas consciente de lo mucho que todavía tienes por aprender. El vocablo procede de la tradición budista y las artes marciales, y fue acuñado por el monje zen Shunryu Suzuki, en su libro "Zen Mind.
Begginner's Mind", publicado en 1970. Una de las frases que vienen a resumir esta concepción del estudio y del mundo es la siguiente, recogida en un artículo de "Aeon": "En la mente del principiante hay muchas posibilidades, pero en la del experto, muy pocas". Por supuesto, esta suposición de que cuanto más estudies sobre algo, más cosas te quedan por aprender, no es nueva.
Incluso tiene un respaldo científico. En todas las épocas siempre ha habido mentes brillantes que llegaban a conclusiones definitivas e impensables sobre el mundo y la naturaleza, pero cuyas investigaciones eran rechazadas unánimemente por una comunidad científica llena de expertos o eruditos.
"Hay evidencias de que sentirse un experto genera una mentalidad muy cerrada respecto a un tema", explica Christian Jarret, neurocientífico de "Aeon". En ciertas situaciones, puede conducir al dogmatismo, como se demostró en un estudio en el que se pidió a un grupo de gente que simulasen ser relativamente expertos en un tema.
Al verse acosados por las preguntas de los demás, ellos mostraban cerrarse en sus planteamientos, lo que les impedía abrirse a otras perspectivas, consigna El Confidencial. En cambio, si abordamos los problemas que nos surgen con la mente de un principiante como postula el "shoshin" o con una buena dosis de humildad, podremos contrarrestar más fácilmente todas esas desventajas de la arrogancia intelectual.
Por otro lado, "las personas que son intelectualmente más humildes saben más, ya que son más receptivas a digerir nuevas informaciones", como asevera Jarret.
"Además, se asocia con tener una mente abierta y una mayor disposición a ser receptivo ante las perspectivas ajenas, justo lo que necesita la agitada esfera de hoy en día", agrega. El neurocientífico dice que "mirar las cosas con la mente de un principiante te ayudará a estar más informado, tener menos confianza en lo que te dicen y estar más dispuesto a interactuar con los demás, una serie de rasgos que cada vez se buscan más entre los empleados".
En definitiva, la voluntad de querer aprender o dejarte impresionar por aquello que te rodea, vale mucho más a nivel personal que todo el conocimiento del mundo que puedas atesorar. Foto: Shutterstock.