El tocino ahumado, la cebolla, el ajo y hierbas como el romero y el orégano se saltean para crear una base aromática que realza el sabor del relleno.
El queso congelado, al incorporarse a la masa antes de hornear, se derrite de manera controlada, evitando que se escape durante la cocción.
Esta técnica, ideal para preparaciones caseras, garantiza un interior cremoso y una corteza dorada en solo minutos.