Dominique Woodger estaba a punto de llenar una pequeña piscina con agua, cuando abrió el grifo y el agua extremadamente caliente salió disparada hacia su hijo que estaba sentado en el suelo.
Esto la ha hecho advertirle a otros padres, después de que su niño de 9 meses terminara con quemaduras de segundo grado, aproximadamente el 30 por ciento de su cuerpo.
Los médicos dicen que su bebé va a estar bien, pero ella no quiere que otros padres o niños experimenten el mismo dolor.
"Me pareció que estaba llorando porque odia cuando le rocían agua en la cara. No pensé que le estaba quemando. Fue desgarrador. Fue un asco. Tenía ampollas en todo el lado derecho", cuenta la madre.
Estos son los tipos de quemaduras por contacto que los bomberos de Phoenix ven a menudo. Cuando hay 46 grados afuera, el agua en una manguera bajo el sol podría estar a la misma temperatura.
La lección de esta historia es que siempre revisemos el agua de la manguera antes de rociar a nuestros hijos. Una práctica muy habitual en el verano y que a veces no nos damos cuenta de la temperatura y fuerza del agua en la manguera.