En la primera redada bajo el mandato de Donald Trump, el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE) detuvo a 308 inmigrantes considerados «graves criminales».
Según el «zar» de la frontera, algunos de los detenidos eran violadores, asesinos y abusadores de niños, todos con requerimiento de la justicia, quedarían pendientes 700 mil más.
Esta acción, que se llevó a cabo en el primer día de redadas, refleja la prioridad del ICE en cumplir con las directrices del presidente.
El ICE está haciendo su trabajo, tal y como el presidente dijo que haría, priorizando la detención de aquellos considerados más peligrosos.