Ducharse inmediatamente después de hacer ejercicio puede ser perjudicial para la salud, según expertos. Al entrenar, el cuerpo eleva su temperatura y el sudor actúa como mecanismo de enfriamiento natural, eliminando toxinas.
Interrumpir este proceso con una ducha rápida puede provocar mareos, desmayos o incluso resequedad en la piel si se usan jabones agresivos.
Los especialistas recomiendan esperar al menos 10-15 minutos para permitir que el organismo regule su temperatura antes de bañarse.