Max Berry, un joven pasajero de 23 años que viajaba en un vuelo de Frontier Airlines, protagonizó un polémico incidente que ha generado gran repercusión. Durante el vuelo, Berry, comenzó a acosar y manosear a dos azafatas, causando gran incomodidad y caos a bordo. Además de su comportamiento inapropiado, el joven hizo alarde repetidamente de la riqueza de su familia, lo que exacerbó aún más la situación. Ante su actitud cada vez más descontrolada, la tripulación tomó la decisión de inmovilizarlo de manera inusual: lo ataron a su asiento con cinta adhesiva para evitar que continuara causando problemas.