La comunidad de la UNAH vive bajo constante zozobra por los asaltos diarios dentro y fuera del campus.
Estudiantes denuncian que deben esconder sus teléfonos incluso en buses, mientras docentes exigen acciones concretas de las autoridades. Pese a las denuncias, la delincuencia persiste, generando un clima de terror entre quienes transitan por la zona.
La policía ha sido cuestionada por su escasa presencia en el área universitaria.