Honduras
En la presente semana un grupo armado con machetes de usurpadores tomaron ilegalmente el acceso a la planta extractora y la fábrica de aceites de cocina de Dinant ubicadas en la región del Aguan y adicionalmente se tomaron el remanente de las 474 hectareas sembradas de Palma Aceitera de la Finca El Chile, lo que se suma a las más 7,717 hectareas actualmente invadidas a la empresa en las regiones del Aguan y Lean y las 17,225 hectáreas invadidas a empresas privadas, asociaciones de productores independientes, productores individuales, e incluso cooperativas campesinas.
Aún más grave resulta que los perpetradores de este amenazante e ilegal acto tomaron como rehenes a más de 300 trabajadores que fueron víctimas de la privación ilegal de su libertad durante más de 12 horas.
La interrupción violenta de la actividad productiva de Dinant constituye una evidente afrenta en contra del interés de Honduras. No se trata solamente de una violación a los derechos de propiedad y libre empresa, sino de un acto reprobable que pone en riesgo los empleos y el sustento de decenas de miles de familias que forman parte del ciclo productivo de la Palma Aceitera.
Dinant forma parte de un sector económico que representa el segundo motor generador de divisas del país.
Las trabajadoras y trabajadores de Dinant, sus familias y las comunidades que se benefician de la actividad realizada por este sector pujante de la industria no deben ser ignoradas, por lo que Dinant ha presentado las denuncias relacionadas con estos ilícitos ante la Policía y las Cortes de Justicia.
Confiamos que la cercanía popular, la sensibilidad y el compromiso de la señora Presidenta Xiomara Castro por construir una nación de mayor equidad en la que impere el estado de derecho, será el catalizador que le permita a las autoridades jurisdiccionales intervenir lo antes posible para hacer cumplir la ley y retirar a los agresores.
Quienes formamos parte de la cadena productiva de la Palma queremos una Honduras en el que se respete el derecho de las personas a vivir del fruto de su trabajo.
No se trata de defender la propiedad privada, se trata de defender la dignidad jurídica y la economía familiar del pueblo hondureño. Se trata de hacer valer el compromiso de la Presidenta Castro cuando al asumir la investidura presidencial expresó:
“…queremos que el hondureño y la hondureña sienta la presencia de un Estado garantista de sus derechos donde se pueda vivir en paz…”