La reciente liberación de Alexander “Chande” Ardón, pieza clave en investigaciones de corrupción y narcotráfico en EE. UU., ha reavivado el debate sobre la implementación de la colaboración eficaz en Honduras.
Mientras algunos sectores destacan su potencial para desmantelar redes criminales, otros advierten sobre los riesgos de posibles abusos y manipulaciones.
Este mecanismo, aunque efectivo en otros países, plantea retos en su adaptación al contexto hondureño, donde las garantías legales y la transparencia son fundamentales para evitar consecuencias negativas.