Esta semana se cumplieron 250 años del nacimiento de Ludwig van Beethoven, considerado uno de los compositores más importantes de la historia de la música. Aunque el compositor alemán nacido en Bonn un 16 de diciembre de 1770 dejó un legado incalculable, hay una obra que ha trascendido en el tiempo y es considerada una de sus obras maestras: la Sinfonía N° 9 en re menor, op. 125, conocida también como "Coral".
La obra fue presentada el mayo 7 de 1824 en el Teatro Imperial ante la aristocracia y la élite cultural de Viena. La expectativa no era menor, ya que el compositor no había aparecido en el escenario hace más de una década. Pero lo que pocos sabían era que Beethoven compuso "La Novena" completamente sordo.
De espaldas al público, el compositor dirigió a los músicos con una pasión desenfrenada, sacudiendo su cuerpo y agitando sus brazos al compás de la música. Tras terminada la interpretación, una solista se acercó al compositor y le dio la vuelta para que viera lo que no podía escuchar: el público de pie y aplaudiendo la impresionante obra que acababan de presenciar.
Ese momento está magistralmente retratado en la película "Amada Inmortal", dirigida por Bernard Rose y con la pulcra interpretación de Gary Oldman como Beethoven.
Aunque hay varias teorías sobre la causa de su sordera, no está del todo claro cómo Beethoven fue perdiendo la audición. Lo cierto es que sufría de varias afecciones de salud, como inflamación intestinal, diarrea violenta, enfermedad de Whipple, depresión crónica y cirrosis, entre otros males. La sordera era algo que atormentaba al músico.
Así quedó de manifiesto en la carta que le escribió a sus dos hermanos y que es conocida como "Testamento de Heiligenstadt". "Hace casi seis años he sido golpeado por un mal pernicioso que médicos incapaces han agravado", se lee en el documento hallado tras su fallecimiento. En la carta, Beethoven reconoce que se vio obligado a aislarse y a "vivir lejos del mundo, en solitario".
"Debo vivir como un proscrito. Si me acerco a la gente, me atenaza en seguida una angustia terrible: la de exponerme a que adviertan mi estado", relata. Sin embargo, la sordera hizo que Beethoven inyectara más potencia a su música. "Si no puedes escuchar bien, dependes de la energía de los músicos también para expresar la música", dice el compositor británico Richard Ayres, quien también sufre de sordera. En esa misma línea, varios intérpretes consideran que la sordera mejoró su música de muchas maneras, a pesar de que nunca pudo escucharlas, generando frustración en el compositor.
Su problema de audición, además de generarle una profunda frustración, lo hizo introducirse en caminos melancólicos, desgarradores y profundamente conmovedores. Un ejemplo de ello, además de la Novena Sinfonía, es el cuarteto de cuerdas No.15, Opus 132, que contiene el movimiento "Heiliger Dankgesang" creada en agradecimiento a Dios. Foto: Wikipedia