Las interfaces cerebro-computadora (BCI) están revolucionando la tecnologÃa asistiva, permitiendo controlar dispositivos con el pensamiento.
Estos sistemas detectan señales neuronales para mover prótesis o interactuar con pantallas sin movimiento fÃsico.
Originalmente desarrolladas para medicina, ahora exploran aplicaciones en gaming y educación. CompañÃas como Neuralink ya trabajan en versiones comerciales que podrÃan cambiar cómo nos relacionamos con la tecnologÃa en la próxima década.