El aceite del motor cumple una función vital como lubricante de las piezas internas del vehÃculo, evitando el desgaste prematuro y el sobrecalentamiento.
Cuando no se cambia periódicamente, se contamina con partÃculas metálicas y pierde su capacidad protectora, lo que puede derivar en graves daños al motor.
Los expertos recomiendan cambios cada 5,000-7,000 km para aceites convencionales y 8,000-10,000 km para sintéticos, o cada 3-6 meses si el uso es mÃnimo.