Tegucigalpa enfrenta alto riesgo de deslizamientos debido a que mucha de su área urbana está construida sobre laderas inestables, según expertos.
Un estudio realizado entre 2012-2014 registró más de 1,500 movimientos de tierra, situación que se agrava en temporada lluviosa. Los suelos arcillosos predominantes absorben agua y aumentan su peso, desencadenando derrumbes.
Las familias de escasos recursos son las más vulnerables, al habitar zonas peligrosas sin capacidad para reubicarse por sus propios medios.