El Papa León XIV defendió la dignidad humana de los migrantes ante el cuerpo diplomático, recordando que «todos hemos sido o seremos migrantes en la vida».
Subrayó que gobiernos deben garantizar derechos a grupos vulnerables, desde niños hasta ancianos y desempleados.
Su discurso vinculó la justicia migratoria con la paz global, pidiendo acciones concretas para proteger a desplazados sin distinción de origen.