La pandemia del coronavirus no solo ha provocado una crisis sanitaria, sino que también económica, donde millones de personas en distintas partes del mundo han perdido su trabajo.
Esto también tuvo consecuencias en la realidad de adultos jóvenes quienes se vieron obligados a mudarse y regresar a la casa de sus padres. Por ejemplo, en Estados Unidos, la proporción de jóvenes de 18 a 29 años que viven con sus padres es la más grande desde la Gran Depresión, hace casi 100 años. Según un análisis de Pew Research Center, en febrero era de 47% de los jóvenes que vivía con uno o ambos de sus padres, cifra que aumentó a 52% en un periodo de cinco meses, a causa de la pandemia del Covid-19.
En Europa la situación no es muy distinta. La crisis económica de 2008 generó que surgiera la llamada "generación boomerang", adultos jóvenes que debieron regresar a la casa de sus padres por la imposibilidad de encontrar trabajo o ser los primeros en perderlo.
A 10 años de la crisis económica que golpeó fuertemente a algunos países europeos, en 2017 el 39,3% de los adultos jóvenes en los 28 países de la Unión Europea vivía con al menos uno de los padres, según la encuesta de Estadísticas de la Unión Europea sobre Ingresos y Condiciones de Vida. En agosto pasado, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) alertó que los jóvenes corren el riesgo de convertirse en la “generación del confinamiento” debido a los efectos desproporcionados de la crisis sobre ellos.