A pocos meses de celebrarse las elecciones primarias en Honduras, los votantes se encuentran sumidos en la incertidumbre y desconfianza hacia varios de los candidatos, muchos de los cuales han sido implicados en actos de narcotráfico y corrupción. Estos escándalos han empañado la credibilidad y transparencia del proceso electoral, generando un ambiente de escepticismo entre la población que se cuestiona la integridad de los líderes que aspiran a ocupar cargos públicos. La situación plantea serios desafíos para el futuro político del país, mientras la ciudadanía busca respuestas y garantías de un proceso limpio y justo.