La crisis económica, que ha golpeado severamente a muchas familias hondureñas, y la desintegración familiar, que debilita los vínculos de apoyo en el hogar, han llevado a un aumento en la migración de menores durante el 2024.
Sin embargo, según estadísticas de la SENAF, unos 7,500 niños, que intentaron buscar mejores oportunidades en Estados Unidos, han sido retornados a Honduras.
Este fenómeno, que refleja las duras condiciones que enfrentan las familias en el país, plantea desafíos urgentes para garantizar el bienestar de los menores afectados.