El Día Mundial del Yo-Yo, celebrado cada 6 de junio, rinde homenaje a un juguete que ha cautivado por siglos.
Originado en la Grecia antigua, donde se usaba como objeto ritual, evolucionó hasta convertirse en un fenómeno global en el siglo XX. Aunque su diseño es simple dos discos unidos por un eje, ha inspirado competencias de alto nivel, donde participantes ejecutan trucos que desafían la física.
Hoy, sigue siendo símbolo de destreza y creatividad, trascendiendo generaciones.