La crisis laboral en el país, que ha alcanzado cifras alarmantes con más de 350 mil personas desempleadas, se agrava por un panorama de creciente precariedad laboral.
Esta situación, que afecta al 60% de los empleados actuales, evidencia que una gran parte de la población activa se encuentra en la informalidad, lo que implica la ausencia de beneficios sociales y estabilidad laboral.
Así, mientras el desempleo persiste, las condiciones laborales de quienes trabajan reflejan una realidad igualmente preocupante.