Grupos feministas han declarado estado de alarma ante el asesinato de 111 mujeres en Honduras este año, denunciando fallas sistémicas en la justicia y protección.
La violencia de género, precedida por agresiones normalizadas, requiere según las activistas un abordaje integral urgente que proteja especialmente a niños y familias afectadas.
Señalan cómo esta crisis impacta a toda la sociedad hondureña mientras exigen políticas efectivas contra los feminicidios.