Aunque los funerales serán el próximo sábado en la capilla de San Jorge en el castillo de Windsor, hoy las autoridades inglesas le han rendido un homenaje con 41 cañonazos de salva por toda la geografía británica europea comprendida en Londres, Edimburgo, Cardiff, Belfast o Gibraltar,
41 cañonazos uno por cada minuto, esto marca ocho días de luto nacional para honrar la vida del príncipe consorte de la reina Isabel II y con quien estuvo casado por 74 años.
Sus funerales serán el próximo sábado en una ceremonia discreta tal y como fue su deseo, solo asistirán los miembros de la familia real británica y amistades personales del Duque de Edimburgo.
A raíz de la pandemia no hay celebraciones masivas que incluyan al público inglés y las autoridades reiteran a los ciudadanos que es importante respetar las medidas de bioseguridad, no obstante muchos continúan llegando con ofrendas florales al Palacio de Buckingham y también a Windsor.
Un amor real para toda la vida y quizá más allá de la muerte
La Casa Real ha difundido en sus redes sociales al momento de los 41 cañonazos un discurso que diera la reina Isabel II en 1997 con motivo de sus bodas de oro en donde textualmente se lee:
«Él ha sido, simplemente, mi fuerza y mi apoyo todos estos años y yo, y toda su familia y este y muchos otros países, le debemos más de lo que él nunca reconocería o de lo que vayamos a saber».
Como príncipe consorte Felipe siempre vivió a la sombra de su esposa y tras el fallecimiento del Rey Jorge VI, renunció a su carrera como miembro de la marina.
Un hombre irreverente con sus decires y muy criticado por algunas infidelidades y comentarios desde el racismo y sexismo, fueron parte de algunas nubes negras que rodearon a Felipe, pero sin duda un hombre clave para mantener unida a la familia real británica durante tiempos de crisis.