El exceso de grasa en la piel suele deberse a desequilibrios hormonales, aunque factores como la contaminación y una mala rutina de cuidado también influyen.
Para controlarlo, los expertos recomiendan limpieza suave, exfoliación semanal y mascarillas purificantes.
Además, elegir maquillaje no comedogénico y mantener una alimentación rica en frutas y agua ayuda a equilibrar la producción de sebo.