El colesterol y los triglicéridos altos son grasas esenciales que, en exceso, desencadenan enfermedades cardiovasculares, hipertensión y daño hepático.
Según la OMS, la mayoria de los casos de infartos están relacionados con niveles no controlados.
Si bien el cuerpo las necesita, su acumulación obstruye arterias, llevando a complicaciones irreversibles.