Las ciudades de Tegucigalpa y San Pedro Sula ya no figuran en el top de las 50 más violentas del mundo, según el más reciente informe de la organización Seguridad, Justicia y Paz, Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal AC.
En el ranking del año 2020, la ciudad de San Pedro Sula, aparece en la posición número 33, lo que representa una “tasa cuatro veces y media inferior” con 41.19 homicidios por cada 100 mil habitantes, en comparación con el año 2013 cuando alcanzó una tasa pico de 187.14 homicidios por cada 100 mil habitantes.
En el ranking de los años 2011 al 2014, la capital industrial ocupó la primera posición de ciudades más violentas a nivel global. No obstante, el documento cita que “se trata de un logro notable bajo el nuevo gobierno, el cual NO es complaciente con los criminales y les aplica la ley sin miramientos”.
La ciudad de San Pedro Sula era manejada por estructuras criminales que daban órdenes desde el antiguo Centro Penal, mismo que fue clausurado y demolido en la “Operación Arpía”, dirigida por el gobierno del presidente Juan Orlando Hernández, en octubre de 2017.
Con el traslado de los reos a cárceles de máxima seguridad se cerró el capítulo de “la universidad del crimen” que sembraba muerte y terror en toda la ciudad sampedrana.
Los vecinos de las colonias aledañas al ex centro penal, agradecieron porque se terminaron 6 décadas de sufrimientos y ahora el espacio es utilizado para impulsar los emprendimientos locales.
Cabe mencionar que las políticas de seguridad y combate al narcotráfico han sido recrudecidas con el paso del actual gobierno, permitiendo logros notables como la reducción del trasiego de drogas hacia Estados Unidos que pasó de un 87 a un 4 por ciento.