Noemà Romero, una madre hondureña originaria de Potrerillos, Cortés, encontró en la venta de chicharrones una forma de salir adelante tras la trágica pérdida de su esposo a causa de la violencia.
Con solo 100 lempiras en el bolsillo y la necesidad de mantener a sus cuatro hijos, comenzó su negocio «Chinitos Chicharrones», cuyo nombre nació de la manera en que los clientes identificaban a sus hijos.
Hoy, este emprendimiento no solo le ha permitido superar adversidades, sino que también ha crecido hasta contar con un espacio fÃsico, donde junto a sus hijas vende chicharrones de panceta, pizzas, hamburguesas y tacos.