La contaminación por plástico se ha convertido en una crisis global, con residuos que tardan hasta 500 años en degradarse, como las botellas.
Aunque inicialmente fue una solución práctica, ahora su producción masiva amenaza ecosistemas y biodiversidad.
Organizaciones ambientales exigen reducir su uso y promover alternativas sostenibles ante el aumento descontrolado de residuos que afectan a generaciones futuras.