Una compañía de alemana, llamada Infarm, dedicada a los cultivos hidropónicos y ecológicos, ha tenido una idea novedosa y que podría ser revolucionaria: ¿Qué tal si reducimos la distancia entre el vendedor y el consumidor de productos vegetales a cero?
Por ello han comenzado a experimentar construyendo y poniendo en funcionamiento micro-granjas verticales en el interior de supermercados. De esa forma, los clientes pueden simplemente estirar su mano y estar en contacto con el producto natural.
Por ahora el sistema está disponible solamente para ensaladas verdes (lechugas, espinacas, rúcula, etc.) y aromáticas, pero se puede mejorar e implementar con tomates, pimientos y otros frutos.
La idea es reducir al mínimo lo que se conoce como huella ecológica. Este sistema es beneficioso, porque reduce los costos de recolección, de transporte y en muchos casos el consumo de agua. Las plantas se encuentran en un ambiente controlado, con la luz justa, y razonablemente esterilizado y "libre de plagas" (al ser un supermercado, un lugar donde la limpieza es fundamental).
Esta iniciativa también se une, en varias de las tiendas en que la están implementando, con un programa apuntado a eliminar por completo los empaques y bolsas, buscando una economía de tipo cooperativa, auto-sustentable, que recorte los intermediarios entre el productor y el consumidor, en búsqueda de una mayor ecología y mejores precios.
La compañía espera una expansión del proyecto, y también lo están ofreciendo a restaurantes y hoteles que quieran ofrecerle algo especial a sus clientes.
Esperamos que estas iniciativas continúen avanzando y llevando la discusión lejos de una alimentación mala, llena de agrotóxicos y precios absurdos, y en dirección a una verdadera comunidad de intereses de productores pequeños y consumidores.
Esto puede ser el principio del retorno a una economía sustentable y natural, y no solamente un gesto de ricos snobs con capacidad de compra de productos orgánicos. ¿Qué crees tú?